miércoles, 30 de mayo de 2012

La Sabana Santa de Turin, Estudios Cientìficos I


Detallaremos el estudio de la imagen desde dos puntos de vista. Por una parte veremos el estudio de cómo se ha podido formar esa imagen y por otra parte veremos lo que nos dice la imagen misma. En cuanto el estudio científico de la huella que aparece en la Sábana, diremos que es lo más documentado, lo más estudiado hasta la fecha.

Jackson y Jumper
La investigación más importante sobre la formación de la impronta de la Síndone se realizó en EEUU. En los años setenta se formó un equipo científico que se denominó STURP: siglas en inglés de Shroud of Turin Research Project (Proyecto de investigación de la Sábana de Turín) Los dos caballeros de la fotografía son el Dr. John Jackson y el Dr. Eric Jumper, que fueron los portavoces de ese equipo norteamericano y los que presentaron su hallazgo más importante al que nos referiremos enseguida.
El STURP pudo plantearse estudiar la Sábana porque tenía los medios para hacerlo ya que algunos de sus componentes estaban vinculados a los laboratorios de la NASA norteamericana, concretamente al Jet Propulsion Laboratory de Pasadena, en California, y eran especialistas en análisis de imágenes.
Imagen procesada por el VP-8
Pero para entender cómo se llegó a que un grupo de científicos norteamericanos se dedicara a estudiar la Sábana Santa es necesario hacer un poco de historia.

En los años setenta casi los únicos que tenían ordenadores en el mundo eran los laboratorios espaciales. ¿En qué estaba metido el Jet Propulsión Laboratory (JPL) de Pasadena en1976? En aquel momento estaba iniciándose el «Programa de exploración de Marte»: Se había lanzado una sonda espacial - concretamente la Viking II - que, a distancia, iba tomando imágenes de la superficie del planeta.

Lo que pretendían era obtener imágenes tridimensionales de detalle. ¿Cómo se podía hacer eso? Pues lanzando desde la sonda haces de luz ultravioleta y con ellos ir midiendo distancias. 
En la «placa fotográfica» lo que aparecían eran puntos más claros o más oscuros con distintas tonalidades de gris. Los distintos niveles de gris estaban en relación directa con el relieve, y el ordenador transformaba esas tonalidad
 tonalidades en distintas alturas.

Eso hacía que, por ejemplo, en la fotografía de una zona montañosa como la que vemos aquí, pudiéramos, por el tono de gris, conocer la altura de cada punto y obtener una imagen con información tridimensional: con el largo, el ancho y también la profundidad.
Cráter
Este sistema lo que intentaba era obtener imágenes de la superficie de Marte. No estaba hecho para la Sábana Santa ni tenía nada que ver con ella, sin embargo al profesor Jackson se le ocurrió que podía ser un procedimiento aplicable a la imagen de la Sábana Santa. 
La razón era que Jackson conocía que muchos años antes, el profesor Paul Vignon había descrito la imagen delnegativo fotográfico de la Sábana como una imagen que parecía tener información tridimensional y pensó que, quizás, el VP-8 podía poner de manifiesto esa tercera dimensión. Se dirigió a unos compañeros y les pidió que aplicaran a la imagen de la Sábana el método que habían desarrollado para las imágenes de la misión espacial para ver lo que ocurría.

Los investigadores parten de una imagen del negativo fotográfico del rostro de la Síndone (una imagen de dos dimensiones, con distintos puntos de claroscuro) y la someten al mismo proceso que las imágenes de Marte. 
El analizador de imagen (VP-8), atribuye a ese claroscuro una altura, algo puramente convencional, y se descubre que la impronta adquiere un relieve que es coherente con un cuerpo en tres dimensiones.

Esto quiere decir que la densidad de la impronta en cada punto (su tono más claro o más oscuro) está en relación con el relieve de un cuerpo de tres dimensiones. No hay distorsiones prácticamente, mientras que una foto normal puede aparecer totalmente distorsionada. En una foto normal el claroscuro de cada punto depende de la incidencia de la luz y no guarda ninguna relación con el relieve.

Esta característica, que hemos llamado tridimensionalidad de la imagen aparece en todo el cuerpo, no solo en el rostro.
Evidentemente el ordenador no distingue entre quemaduras, remiendos, chamuscaduras... a todos los puntos les atribuye relieve según el tono más claro o más oscuro, pero si nos fijamos en la impronta del cuerpo vemos que parece tener el relieve propio de una persona de tres dimensiones.
Esto es tan insólito que hay quien ha dicho que nos permite descartar totalmente la posibilidad de un falsificador.
Pero además se dieron cuenta de que en toda la zona de la sábana que había cubierto, supuestamente, la superficie del cuerpo había imagen. Incluso - y esto es lo que realmente les llamó la atención - en aquellos puntos donde es imposible que la tela hubiera llegado a tener contacto físico con el cuerpo.

Al experimentar con un voluntario y tomar las medidas pertinentes vieron que en los lugares donde no hubo contacto físico entre el supuesto cadáver y la Síndone la intensidad de la huella era proporcional a la distancia.

Como expresaron en esta gráfica la mayor o menor opacidad de la imagen en cada punto guarda una relación matemática con la distancia de la tela al cuerpo.
. Es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia. Esto es completamente imposible.
Lo que dicen los estudiosos norteamericanos cuando ven la imagen tridimensional de la impronta es que no es posible que se haya producido una imagen así de ninguna manera.

El problema es que estaba, ¿por qué? Este enigma era tan interesante, tan digno de hacer un estudio científico, que se formó un equipo de 33 componentes, que, con enorme entusiasmo y complicándose la vida, pidieron ir a Turín para estudiar la tela. Casualmente dos años después, en 1978, hubo una ostensión de la Sábana Santa. Una de las pocas ocasiones en que el Lienzo sale de la urna y se podía estudiar.
Este equipo de científicos presentó un protocolo detalladísimo de las pruebas a realizar y pidieron permiso para llevarlas a cabo. Conseguidas las pertinentes autorizaciones volaron a Turín y pudieron estudiar directamente la Sábana durante cinco días. Lo que iban buscando en ese estudio eran las características de la imagen. Querían saber cómo se formó la impronta.
Entre los 33 investigadores había gente de todo tipo, y por supuesto de distintos laboratorios

. Destacan varios integrantes del Laboratorio Científico Nacional de los Álamos, que en aquel momento era uno de los laboratorios más prestigiosos del mundo.

Fundamentalmente hicieron dos tipos de pruebas. Pruebas de espectrografía y de espectrofotometría con distintas longitudes de onda, es decir con luz visible, luz infrarroja, luz ultravioleta, rayos X y además analizaron el espectro de las muestras que tomaron de la Sábana para ver qué es lo que formaba la huella.
Se calcula que realizaron unas 5000 fotografías científicas y, por supuesto, tomaron muchas macrofotografías de distintas zonas que permitieron conocer muchos detalles no visibles a simple vista.

Básicamente intentaban conseguir respuesta a dos preguntas. La primera pregunta que requería respuesta era si lo que aparentemente era sangre en la Sábana, esos puntos que hemos marcado de negro en la gráfica, eran o no de sangre.

Evidentemente, en caso contrario, no tendría sentido seguir investigando. La respuesta quedó clara: , en la Sábana Santa hay sangre. Se pudo comprobar que hay una serie de componentes inorgánicos que no dejaban lugar a dudas.


Según el profesor Adler, un científico judío, independiente del equipo STURP y muy prestigioso en USA, al que le llevaron las muestras y le propusieron que diera su diagnóstico, dijo literalmente «Si esto no es sangre, me como el microscopio»


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