Detallaremos el estudio de la imagen desde dos puntos de vista. Por una parte veremos el estudio de cómo se ha podido formar esa imagen y por otra parte veremos lo que nos dice la imagen misma. En cuanto el estudio científico de la huella que aparece en la Sábana, diremos que es lo más documentado, lo más estudiado hasta la fecha.
Jackson y Jumper
La investigación más
importante sobre la formación de la impronta de la Síndone se realizó en EEUU.
En los años setenta se formó un equipo científico que se denominó STURP: siglas en inglés de Shroud of Turin Research
Project (Proyecto de investigación de la Sábana de Turín) Los dos caballeros de
la fotografía son el Dr. John Jackson y el Dr. Eric Jumper, que fueron los
portavoces de ese equipo norteamericano y los que presentaron su hallazgo más
importante al que nos referiremos enseguida.
El STURP pudo
plantearse estudiar la Sábana porque tenía los medios para hacerlo ya que
algunos de sus componentes estaban vinculados a los laboratorios de la NASA
norteamericana, concretamente al Jet Propulsion Laboratory de Pasadena, en
California, y eran especialistas en análisis de imágenes.
Imagen procesada por
el VP-8
Pero para entender
cómo se llegó a que un grupo de científicos norteamericanos se dedicara a
estudiar la Sábana Santa es necesario hacer un poco de historia.
En los años setenta
casi los únicos que tenían ordenadores en el mundo eran los laboratorios
espaciales. ¿En qué estaba metido el Jet Propulsión Laboratory (JPL) de
Pasadena en1976? En aquel momento estaba iniciándose el «Programa de
exploración de Marte»: Se había
lanzado una sonda espacial - concretamente la Viking II -
que, a distancia, iba tomando imágenes de la superficie del planeta.
Lo que pretendían era
obtener imágenes tridimensionales de detalle. ¿Cómo se podía hacer eso? Pues
lanzando desde la sonda haces de luz ultravioleta y con ellos ir midiendo
distancias.
En la «placa fotográfica» lo que aparecían eran puntos más claros o
más oscuros con distintas tonalidades de gris. Los distintos niveles de gris estaban en
relación directa con el relieve, y el ordenador transformaba esas tonalidad
tonalidades en
distintas alturas.
Eso hacía que, por
ejemplo, en la fotografía de una zona montañosa como la que vemos aquí,
pudiéramos, por el tono de gris, conocer la altura de cada punto y obtener una
imagen con información tridimensional: con el largo, el ancho y también la
profundidad.
Cráter
Este sistema lo que
intentaba era obtener imágenes de la superficie de Marte. No estaba hecho para
la Sábana Santa ni tenía nada que ver con ella, sin embargo al profesor Jackson
se le ocurrió que podía ser un procedimiento aplicable a la imagen de la Sábana
Santa.
La razón era que Jackson conocía que muchos años antes, el profesor Paul Vignon había descrito la imagen delnegativo fotográfico de la Sábana como una imagen que parecía tener información tridimensional y pensó que, quizás, el VP-8 podía poner de manifiesto esa tercera dimensión. Se dirigió a unos compañeros y les pidió que aplicaran a la imagen de la Sábana el método que habían desarrollado para las imágenes de la misión espacial para ver lo que ocurría.
La razón era que Jackson conocía que muchos años antes, el profesor Paul Vignon había descrito la imagen delnegativo fotográfico de la Sábana como una imagen que parecía tener información tridimensional y pensó que, quizás, el VP-8 podía poner de manifiesto esa tercera dimensión. Se dirigió a unos compañeros y les pidió que aplicaran a la imagen de la Sábana el método que habían desarrollado para las imágenes de la misión espacial para ver lo que ocurría.
Los investigadores
parten de una imagen del negativo fotográfico del rostro de la Síndone (una
imagen de dos dimensiones, con distintos puntos de claroscuro) y la someten al
mismo proceso que las imágenes de Marte.
El analizador de imagen (VP-8), atribuye a ese claroscuro una altura, algo puramente convencional, y se descubre que la impronta adquiere un relieve que es coherente con un cuerpo en tres dimensiones.
El analizador de imagen (VP-8), atribuye a ese claroscuro una altura, algo puramente convencional, y se descubre que la impronta adquiere un relieve que es coherente con un cuerpo en tres dimensiones.
Esto quiere decir que
la densidad de la impronta en cada punto (su tono más claro o más oscuro) está
en relación con el relieve de un cuerpo de tres dimensiones. No hay distorsiones prácticamente, mientras
que una foto normal puede aparecer totalmente distorsionada. En una foto normal
el claroscuro de cada punto depende de la incidencia de la luz y no guarda
ninguna relación con el relieve.
Esta característica,
que hemos llamado tridimensionalidad de la imagen aparece en todo el cuerpo, no
solo en el rostro.
Evidentemente el
ordenador no distingue entre quemaduras, remiendos, chamuscaduras... a todos
los puntos les atribuye relieve según el tono más claro o más oscuro, pero si
nos fijamos en la impronta del cuerpo vemos que parece tener el relieve propio
de una persona de tres dimensiones.
Esto es tan insólito
que hay quien ha dicho que nos permite descartar totalmente la posibilidad de
un falsificador.
Pero además se dieron
cuenta de que en toda la zona de la sábana que había cubierto, supuestamente,
la superficie del cuerpo había imagen. Incluso - y esto es lo que
realmente les llamó la atención - en aquellos puntos donde es
imposible que la tela hubiera llegado a tener contacto físico con
el cuerpo.
Al experimentar con un
voluntario y tomar las medidas pertinentes vieron que en los lugares donde no
hubo contacto físico entre el supuesto cadáver y la Síndone la intensidad de la
huella era proporcional a la distancia.
Como expresaron en
esta gráfica la mayor o menor opacidad de la imagen en cada punto guarda una
relación matemática con la distancia de la tela al cuerpo.
. Es inversamente
proporcional al cuadrado de la distancia. Esto es completamente imposible.
Lo que dicen los
estudiosos norteamericanos cuando ven la imagen tridimensional de la impronta
es que no es posible que se haya producido una imagen así de ninguna manera.
El problema es que
estaba, ¿por qué? Este enigma era tan interesante, tan digno de hacer un
estudio científico, que se formó un equipo de 33 componentes, que, con enorme
entusiasmo y complicándose la vida, pidieron ir a Turín para estudiar la tela.
Casualmente dos años después, en 1978, hubo una ostensión de la
Sábana Santa. Una de las pocas ocasiones en que el Lienzo sale de la urna y se
podía estudiar.
Este equipo de
científicos presentó un protocolo detalladísimo de las pruebas a realizar
y pidieron permiso para llevarlas a cabo. Conseguidas las pertinentes
autorizaciones volaron a Turín y pudieron estudiar directamente la Sábana
durante cinco días. Lo que iban buscando en ese estudio eran las
características de la imagen. Querían saber cómo se formó la impronta.
Entre los 33
investigadores había gente de todo tipo, y por supuesto de distintos
laboratorios
. Destacan varios
integrantes del Laboratorio Científico Nacional de los Álamos, que en aquel
momento era uno de los laboratorios más prestigiosos del mundo.
Fundamentalmente
hicieron dos tipos de pruebas. Pruebas de espectrografía y de
espectrofotometría con distintas longitudes de onda, es decir con luz visible,
luz infrarroja, luz ultravioleta, rayos X y además analizaron el espectro de
las muestras que tomaron de la Sábana para ver qué es lo que formaba la huella.
Se calcula que
realizaron unas 5000 fotografías científicas y, por supuesto, tomaron
muchas macrofotografías de distintas zonas que permitieron conocer
muchos detalles no visibles a simple vista.
Básicamente intentaban
conseguir respuesta a dos preguntas. La primera pregunta que requería respuesta
era si lo que aparentemente era sangre en la Sábana, esos puntos que hemos
marcado de negro en la gráfica, eran o no de sangre.
Evidentemente, en caso
contrario, no tendría sentido seguir investigando. La respuesta quedó
clara: Sí, en la Sábana Santa hay sangre. Se pudo comprobar que hay
una serie de componentes inorgánicos que no dejaban lugar a dudas.
Según el profesor
Adler, un científico judío, independiente del equipo STURP y muy prestigioso en
USA, al que le llevaron las muestras y le propusieron que diera su diagnóstico,
dijo literalmente «Si esto no es sangre, me como el microscopio»
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