El Tarot sería un "mutus liber" hermético transmitido bajo el velo de la cartomancia.
Para acompañar este discurso nos serviremos de
los comentarios de Emmanuel d'Hooghvorst extraídos de su estudio sobre los
Tarots.
Según dicho autor nos hallamos ante un mutus liber, o libro mudo, que ha sido transmitido a través de los tiempos bajo el velo de la cartomancia.
Según dicho autor nos hallamos ante un mutus liber, o libro mudo, que ha sido transmitido a través de los tiempos bajo el velo de la cartomancia.
La adivinación actual sería la corteza vacía de la antigua mancia
o profecía, cuya función, como veremos, es la de anunciar la Edad de oro, o el
mundo porvenir.
El tarot está constituido por cuatro palos, oro, copas, espadas
y bastos, más XXI láminas mayores o arcanos que van desde la carta I, el Mago,
hasta la XXI, el Mundo.
El Loco está excluido del orden de los números
sagrados, por eso representa al hombre profano. Las cartas del tarot llamado de
Marsella son las que han conservado mejor el simbolismo de las formas y de los
colores principales: azur, para el espíritu, oro para el cuerpo, y rojo para el
sentido.
La interpretación jeroglífica de cada una de las láminas dependerá de
la situación de los colores respecto al dibujo.
Aquí se condensa todo un
lenguaje, una verdadera gramática o arte combinatoria, que hay que aprender
para poder leer las diferentes combinaciones, pues tal como se explica en el
Mensaje Reencontrado: "La mezcla de los elementos que forma las
combinaciones múltiples de la creación, es como la mezcla de cartas de la
baraja, que forma las combinaciones múltiples del juego: los elementos vuelven
a la masa y son después combinados de nuevo, como las cartas de juego vuelven
al mazo y son redistribuidas sin aumento ni disminución real, pues no existe
ganancia ni pérdida para el inmutable que ES" (23, 64).
Imagen: Los cuatro palos de la baraja
española
1 de 12: Los jeroglíficos
Según la tradición egipcia, el dios egipcio Thot
fue el inventor de los jeroglíficos y también el mítico creador de las cartas
del tarot, otro tipo de lenguaje cifrado que servía para describir la gran Obra
de los alquimistas.
Imagen: Representación del dios egipcio
Thot.
2 de 12: La tierra o los
trabajos de Hércules
Los cuatro palos del Tarot simbolizan los cuatro
elementos, si bien en las cartas no están representados los elementos vulgares
sino otros, puros, que los antiguos representaron bajo la forma de dioses o
héroes. En primer lugar, el as de bastos que representa el elemento tierra.
Hércules, el héroe que debe superar las distintas pruebas para llegar a la
apoteosis, simboliza las etapas la purificación de este elemento hasta alcanzar
la pureza perfecta.
Representan el elemento Fuego. Es muy poderoso, ya que el fuego modifica el estado de la materia, lo transmuta.
Se expresa mediante el movimiento, la actividad, pero también se refiere a la facultad espiritual, "La chispa divina", el "calor humano", vitalidad y entusiasmo. Trata de la energía existencial y sexual. En exceso, puede abrasar.
El fuego es el catalizador de los otros elementos: los reduce y los cambia sin alterarse. Es un elemento masculino, de acción y esfuerzo, poder creativo que transforma, la llave para la transmutación.
En las cartas de Bastos hallamos: deseo y acción, esfuerzos y luchas; fuerza vital, chispa divina, inspiración e ímpetu inicial.
Las figuras de bastos tienen un fuerte énfasis de fuego, luego son espontáneas e impulsivas, aplican su energía con todo su corazón. Su repuesta emocional es rápida y tienen una imaginación vivaz.
Imagen: As de bastos de la llamada baraja española. Vasija clásica que
muestra uno de los trabajos de Hércules
3 de 12: El agua o los
viajes del dios del vino
El elemento agua esta simbolizado por el as de
copas. Así mismo, Dionisos, el dios que vino por el mar para traer el cultivo
de la vid a los hombres, personifica este elemento en su estado puro.
Su elemento es el Agua y su facultad el AMOR, el sentimiento, la ilusión y la fe.
Pero su problema es el desbordamiento emocional que debe atemperarse con la Razón, con el pensamiento (espadas)
Las figuras de copas son del tipo sentimental y son muy sensibles, incluso se identifican con personas psíquicas. Son imaginativas, emocionales y profundas.
Imagen: As de copas de la llamada baraja
española. Plato helénico con una representación del dios Baco.
4 de 12: El aire o el dios alado
El as de espadas representa el elemento aire, personificado así
mismo por Mercurio, el alado dios mensajero, que con sus viajes unía la tierra
con el cielo.
Su elemento es el Aire y, en el ser humano, el pensamiento.
Cuando éste funciona debidamente, goza de claridad.
Las cartas de espadas nos revelan lo tenso de la mente humana, engaños y autoengaños; las luchas y el sufrimiento que comienza en las programaciones, las dependencias, las traiciones.
Las figuras de espadas son rápidas y animadas. Aplican su energía de maneras muy diversas.
Tienden a intelectualizar sus sentimientos y expectativas. Se fundamentan en valores como la justicia.
Imagen: As de espadas de la llamada baraja española. Pintura mural del
dios Mercurio, Pompeya.
5 de 12: El fuego o Apolo, el dios solar
Por último, el elemento fuego se representa por el as de oros y
también por Apolo o Helios, el dios solar, que simboliza la culminación de todo
el proceso.
Sobre este plano se asientan o superponen los otros tres.
Significa que realiza la función de equilibrar el ímpetu del Fuego, la razón de las Espadas, la emoción del Agua, para realizar algo tangible con todo ello.
En las cartas de oro tenemos los frutos de nuestros esfuerzos, los bienes y las ganancias.
Las figuras de oros representan personas que reaccionan de manera calculada.
Son laboriosos, su dedicación es constante y perseverante. Emocionalmente, son personas profundamente enraizadas que dan forma a sus proyectos.
Imagen: As de oros de la llamada baraja española. Mosaico romano con la
imagen de Apolo sobre su carro.
6 de 12: El artista filósofo
La carta número uno del tarot representa al Mago (Le Bateleur),
el artista filósofo que inicia la obra y la conduce hasta su final. Según
Emmanuel d’Hooghvorst, la intención de los antiguos imagineros era simbolizar
el cielo terrestre, llamado también firmamentum, por eso las
láminas estaban “tarotadas”, es decir, doradas y troqueladas o grabadas con un estilete.
Eso es visible en la carta de la derecha, en la lámina se de la izquierda se ve
la primera operación del mago: la obtención del oro potable.
Imagen: Versiones de la carta número I, llamada “Le Bateleur”. El Tarot de
la derecha es de Visconti y el de la izquierda de Marsella.
7 de 12: La danza
sagrada
El proceso termina con la carta número XXI, llamada “El Mundo”. En
ella, una joven y púdica Eva baila sobre un suelo de oro. La danza tiene algo
de divino, no en vano Orfeo conquistó el mundo cantando y bailando. En la carta
también aparecen los cuatro animales que en la tradición cristiana simbolizan a
los cuatro evangelistas, que, a su vez, representan a los cuatro elementos. En
la imagen de la derecha aparece Cristo en majestad, acompañado del ejército de
los ángeles y rodeado, al igual que la virgen de la lámina del Tarot, por una
mandorla donde aparecen representados los símbolos de los cuatro evangelistas.
Imagen: Carta número XXI, “El Mundo”. Miniatura carolingia de Cristo en majestad,, Metz, s.
Imagen: Carta número XXI, “El Mundo”. Miniatura carolingia de Cristo en majestad,, Metz, s.
8 de 12: El alfabeto
La serie completa de los arcanos mayores del Tarot de Marsella
comienza por “El Mago” y finaliza con la carta de “El Mundo”. Estas veintiuna
cartas al igual que las veintiuna letras del alfabeto, son jeroglíficos que explican
la creación sagrada representada por las operaciones alquímicas. En el centro
de todo el conjunto aparece la carta denominada “La Fuerza”, por ella se
simboliza la unión de lo fijo o lo volátil, es decir, la reunión de dos
principios opuestos, que se halla en la base de todo el simbolismo. La dama,
que va tocada con un sombrero cuyas alas dibujan el símbolo de lo infinito,
representa el Alma del mundo que disuelve el oro terrestre representado por el
león.
9 de 12: El peregrino
Le Mat o “El Loco” es una
carta que no tiene número pues la creación no ha empezado todavía para este
pobre loco que camina sin rumbo. Emmanuel d'Hooghvorst la relaciona con la
parábola del buen samaritano en Lucas 10, 29 y ss. que
resumimos a continuación: Un hombre que descendía de Jerusalén a Jericó fue
atacado por unos ladrones, quienes le robaron y le dejaron maltrecho al lado
del camino. Los que pasaban por su lado ni siquiera lo miraban hasta que llegó
un samaritano que lo recogió y lo curó. La tabla del Bosco representa esta
parábola evangélica. Vemos que en ella, al igual que en la carta del Tarot, el
hombre es atacado por un perro. El animal simboliza las influencias astrales
que subyugan al hombre cuando desciende a la tierra y que lo dejan a merced de
las pasiones hasta que un buen samaritano venga y lo cure.
Imagen: “Le Mat”, del Tarot de Marsella. El Bosco, postigos del tríptico
“El carro del Heno”, 1516.
10 de 12: La Casa de Dios
La carta número XV se denomina La Maison Dieu y
como se verá es un nombre mucho más apropiado que el español “La Torre”, pues,
efectivamente, la casa de Dios o atanor es lo que se muestra en la carta.
Normalmente se la considera una carta de destrucción, cuando, en realidad,
estaría mostrando la fecundación del atanor por el fuego celeste, comienzo
imprescindible para la obra alquímica. Dos personajes, el maestro y el
discípulo, danzan cabeza abajo a causa de su alegría. De este modo pueden leer
los signos inscritos en la tierra filosófica. En el grabado de la derecha está
representada la misma operación, pero en un leguaje distinto. En el se muestra
la unción de Eliseo por el profeta Elías, operación que provoca la bajada del
Espíritu Santo en forma de paloma.
Imagen: Carta número XV de Tarot de Marsella. Grabado de R. Fludd,
“Utriusque Cosmi Historia”, 1617.
11 de 12: El levantamiento de la aurora
Imagen: Cartas XVII, XVIII y XVIIII del Tarot de Marsella.
Dice Sallie Nichols en su libro "Jung y el Tarot" antes de empezar un viaje, es una buena idea tener un mapa. Los arcanos mayores son ese mapa.
Recomienda ella también contemplar las cartas como si estuviéramos en una galería de arte; como las pinturas estos "Triunfos" son cada uno de ellos portadores de proyecciones o sea cebos para cazar la imaginación.
Proyectamos nuestro mundo interior en el mundo exterior y de esa manera nos conocemos mejor. Es muy interesante también el enfoque del autor Hajo Banzhaf en su libro "El Tarot y el Viaje" en el cual relaciona el mito del héroe con el camino del tarot.
El viaje del héroe es la historia más antigüa y universal ya que se repite en todas las culturas de nuestro mundo. El héroe escucha el llamado a emprender su camino, se lanza a la aventura abandonando a su comunidad, recibe las ayudas (pócimas, piedras, etc) de los personajes que encuentra a su paso (ancianos sabios, p.e.) que le servirán para llevar a cabo su hazaña.
Lucha con monstruos y dragones y finalmente logra su cometido y vuelve victorioso a la comunidad. Jung toma este mito y construye a partir de este lo que el va a denominar el camino de la individuación que tiene como objetivo la conquista de nuestra individualidad (el sí mismo) una vez vencidos todos aquellos aspectos oscuros de nuestra psiquis. Esta conquista es la que nos permite conectar con nuestra naturaleza más profunda y es lo único que nos asegura una vida plena y realizada.
LA SUMA SACERDOTISA
La Gran Sacerdotisa, o simplemente la Sacerdotisa, como suele denominársela, en la mayoría de los tarot está sentada entre las dos columnas del templo de Salomón: la negra es la de Boaz, que representa la fuerza negativa de la vida; y la blanca es la de Jachin, o fuerza positiva de la vida.
La Sacerdotisa está protegiendo sobre su regazo un volumen o rollo de sabiduría esotérica, en que se lee la palabra "Tora" (Ley Divina), porque no todos los ojos pueden verIa.
La Gran Sacerdotisa, o simplemente la Sacerdotisa, como suele denominársela, en la mayoría de los tarot está sentada entre las dos columnas del templo de Salomón: la negra es la de Boaz, que representa la fuerza negativa de la vida; y la blanca es la de Jachin, o fuerza positiva de la vida.
La Sacerdotisa está protegiendo sobre su regazo un volumen o rollo de sabiduría esotérica, en que se lee la palabra "Tora" (Ley Divina), porque no todos los ojos pueden verIa.
La cruz solar que ostenta en el pecho, con los brazos de longitud igual, representa el equilibrio de las fuerzas positivas y negativas (el brazo vertical es el elemento positivo, masculino; el horizontal, el elemento negativo, femenino).
El velo tendido entre los pilares está decorado con granadas (lo femenino) y palmeras (lo masculino), símbolos de que el subconsciente es potencialmente reductivo. Se observa la luna creciente bajo sus pies.
La Suma Sacerdotisa es la guardiana del inconsciente. Se sienta delante del fino velo del inconsciente, que es lo único que nos separa de nuestro paisaje interior. Contiene dentro de sí el secreto de este reino y nos ofrece una invitación silenciosa: «Permanece quieto y entiende que soy Dios».
Todo un gran y complicado mundo. Algún día me gustaría dominarlo y entenderlo bien. Apasionante. Gracias.
ResponderEliminarY, mas apasionante cuando mas te adentras en èl, y ves como el Tarot te habla, existe una complicidad muy especial,entre la sacerdotisa y las làminas o cartas, me encanta que te guste, gracias por comentar.
ResponderEliminarGenial Fuen.........Me encanta.....Realmente Apasionante....Un Beso.
ResponderEliminarMe encanta que te guste, valoro muchisimo tu opiniòn, gracias por comentarlo, un abrazo hermosa , buenas tardes.
ResponderEliminarme encantaria poder.conocerte...y hablar contigo de ciertas cosas.
ResponderEliminarhace tiempo un sabio me dijo que soy esa sacerdotisa...
y k tenia k acer algo.y que tengo la marca en mi mano.
tambien me dijo k soy la numero14 k el buscaba.
y que soy la numero3.una mujer puesta en el mundo.
me gustaria poder entender.un poco mas de todo esto...
y a.quee se referia diciendome todo eso.
Mi correo es candela3235@hotmail.com, puedes escribirme cuando gustes; el 14 es La Templanza y el nùmero 3 La Emperatriz, espero tus noticias, un abrazo: Fuensanta
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