"Las
pinturas Shunga ilustraban los "libros de almohada"; pequeños manuales de
sexo que eran celosamente guardados en cajas laqueadas, bajo la almohada de los
amantes."
Los Shunga convirtieron a Japón
en uno de los máximos exponentes del arte erótico entre los siglos XVII y XIX.
Las pinturas, de carácter explícito, ilustraban los "libros de
almohada"; pequeños manuales de sexo que eran celosamente guardados en
cajas laqueadas, bajo la almohada de los amantes.
Los
grabados shunga son una clase de ilustraciones ukiyo-e (impresos grabados en
madera) producidos en Japón durante los siglos XVII y XX.
La palabra shunga significa imagen de
primavera, eufemismo utilizado para referirse a las relaciones amorosas, a
pesar de que esta manifestación visual es más conocida hoy por este término,
del chino chungonghua 春宫画, “pinturas del palacio primaveral",
durante la época de su producción (período Edo, 1603-1868), así como
posteriormente, se han aplicado infinidad de vocablos como denominadores.
Los más comunes durante los años de su apogeo fueron makura-e
枕絵 ("estampas de cabecera",
"estampas de almohada"), y warai-e 笑絵
("estampas de la fecundidad", "estampas de risa").
La palabra shunga significa imagen de primavera,
eufemismo utilizado para referirse a las relaciones amorosas, a pesar de que
esta manifestación visual es más conocida hoy por este término, del chino
chungonghua 春宫画, “pinturas del palacio primaveral",
durante la época de su producción (período Edo, 1603-1868), así como
posteriormente, se han aplicado infinidad de vocablos como denominadores.
Los más comunes durante los años de su apogeo fueron makura-e
枕絵 ("estampas de cabecera",
"estampas de almohada"), y warai-e 笑絵
("estampas de la fecundidad", "estampas de risa").
El culmen de estas ilustraciones japonesas eróticas se encuentra en el periodo Edo (siglo XVII-XIX) y solían utilizarse como guía sexual para los hijos e hijas de las familias que podían pagar estos pergaminos. Los japoneses guardaban estas ilustraciones junto a los muebles nupciales de la pareja.
Peter Webb, autor
de "El Arte Erótico" dice acerca de los Shunga " Después de la
apertura de Japón hacia Occidente, en 1853, comienza un largo proceso que acaba
con la sexualidad explícita del Shunga. Japón adoptó la moral de la cultura
Victoriana, y el Shunga fue declarado, oficialmente, pornográfico.
Censura que terminó,
lamentablemente, con la más importante escuela de arte erótico de todos los
tiempos". ¿Porqué lo que en una cultura fue considerado
"erótico", en otra pasa a ser considerado "pornográfico" u
"obsceno"?
Según Georges Bataille, el erotismo
puede considerarse como una búsqueda psicológica. "...aunque la actividad
erótica sea antes que nada una exuberancia de la vida, el objeto de esta
búsqueda psicológica (...) no es extraño a la muerte misma".
La asociación que establece
Bataille entre erotismo y muerte responde a la búsqueda de la continuidad, lo
opuesto a la existencia discontinua que poseemos como mortales.
"Es un estado de
comunicación, que revela un ir en pos de una continuidad posible del ser..."
La palabra "pornografía" comienza a empelarse en el siglo XIX para
definir toda producción literaria o visual, de contenido sexual, carente de
atributos artísticos.
La pornografía estimularía el apetito sexual
recurriendo a la degradación, dominación y despersonalización de los sujetos
representados.
Los Shunga (cuyo significado es
"pinturas de primavera"), basaban su repertorio no sólo en los
amoríos de los samuráis con famosas cortesanas o jóvenes edokkos, también
tenían una relación muy estrecha con la literatura y los sucesos de la época.
"Los Shunga -opina Richard Lane, autor de
"El tema erótico en los dibujos y pintura japonesa"- son un reflejo
de los gustos y costumbres de esos tiempos. Ellos tienen sus propias
convenciones y exageraciones..."
Los términos pornografía y
obscenidad son heredados del patrimonio cultural de la tradición
judeo-cristiana donde el "placer de la carne" es considerado pecado y
no un componente natural de la condición del hombre.
Como plantea Focault "la
historia de la sexualidad debería leerse en primer término como la crónica de
una represión creciente".
En Oriente, en cambio, los
aspectos relacionados con la sexualidad del hombre se contemplaban en su real
dimensión. El sexo en el arte
no era más que la representación de una función natural, acaso el mayor placer
del hombre.
A pesar que su producción estuvo marcada por regulaciones y
prohibiciones por parte del gobierno, la realización de este tipo de obras
continuó prácticamente hasta finales de la era Meiji,
con la prohibición de material «obsceno» en el Código civil del año 1907.
Las escenas describían relaciones sexuales de todo tipo,
incorporando en ellas a los más variados actores de la sociedad japonesa de
entonces, como a los miembros de la clase comerciante, samuráis, monjes
budistas e inclusive seres fantásticos y mitológicos.
La gran mayoría de los ilustradores de ukiyo-e realizaron
este tipo de imágenes debido, entre otras razones, a que tanto artistas como
editores obtenían buenas sumas de dinero de la venta del material, incluso a
pesar de estar vigente alguna prohibición, por lo que existe una gran cantidad
de imágenes que fueron realizadas por ilustradores de renombre.
Por otro lado las mismas prohibiciones llevaban a sus
creadores a no firmar sus trabajos, pero a modo de que la gente supiera el
autor, desarrollaron una serie de artimañas, como poner en las imágenes
sobrenombres o señales apenas perceptibles, que eran fácilmente identificables
para el público de la época.
Tras la apertura de Japón a Occidente, a mediados del siglo
XIX, el arte japonés contribuyó al desarrollo del
movimiento conocido como japonismo.
Diversos artistas europeos coleccionaron shunga, entre
los que destacan Aubrey Beardsley, Edgar Degas, Henri de Toulouse-Lautrec, Gustav
Klimt, Auguste Rodin, Vincent
Van Goghy Pablo Picasso, contando éste último con una colección
de 61 estampas de artistas japoneses reconocidos, mismas que le sirvieron de
inspiración durante los últimos años de su vida.
Se dice que el shunga ha servido, además, de
inspiración para las imágenes del hentai, el cual
también es sexualmente explícito.
Tras la apertura de Japón a Occidente, a
mediados del siglo XIX, el arte
japonés contribuyó al desarrollo del movimiento conocido como japonismo.
Diversos artistas europeos coleccionaron shunga, entre los que
destacan Aubrey Beardsley, Edgar Degas, Henri de Toulouse-Lautrec, Gustav
Klimt, Auguste Rodin, Vincent
Van Gogh y Pablo Picasso, contando éste último con una colección
de 61 estampas de artistas japoneses reconocidos, que le sirvieron de
inspiración durante los últimos años de su vida.
Picasso, al igual que muchos otros pintores de finales del
siglo XIX y primera mitad del siglo XX, poseyó una pequeña colección de shunga que atesoraba y utilizaba como fuente para
mucha de su obra erótica.
Este término, además, estuvo muy relacionado con los
controles que se ejercieron en esos años sobre la producción de estampas
eróticas japonesas, bajo pretexto de ser considerada obscena (waisetsu 猥褻), en
un momento de importación del puritanismo victoriano a Japón, y la necesidad de
presentarse ante el mundo como una nación "civilizada" moderna.
Algunos de los principales temas del Ukiyo-e, recrean cuadros del matrimonio, sin dejar de lado las infidelidades, el vouyerismo, la felación y la masturbación, entre otros
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