martes, 10 de abril de 2012

MUTUS LIBER.El Libro Mudo II

Quinta Làmina

La quinta imagen DEL MUTUS LIBER nos hace entrar en el laboratorio, donde reconocemos a nuestros dos recolectores de rocío, que vierten ahora su provisión desde el gran plato de la escena precedente, en la cucúrbita de esta. 

Este rápido encadenamiento del trabajo proclama que es preciso emplear, en todo su frescor, el líquido que, en cuanto a nosotros,filtramos inmediatamente con minuciosidad.
Estamos aquí en presencia de la tan secreta destilación que vemos expresada sin rodeos, por las diversas manipulaciones del infatigable matrimonio.

Estas nos mostrarán con cuanta razón fue el destilador designado también con el nombre de rosario.

 La destilación ha sido detenida pues, en el momento preciso en que la muy delicada fracción correría el riesgo a su vez de partir hacia el matraz de la recepción. 
Esta parte, la esposa la retira de la cucúrbita con una cuchara, para encerrarla en una vasija con gollete que muestra entonces, por transparencia, cuatro partículas de cagulación.
Entrega a continuación el frasco a un hombre de complexión atlética, desnudo, erguido y en desequilibrio, el pie derecho sujeto sobre una pequeña elevación.
 Era esta, para  Altus, una manera muy prudente de figurar a Vulcano del que nadie ignora que era cojo. 
Desdichado esposo de Venus, ¿no es de ella, de sus propias manos de quien recibe la botella, mientras aprieta contra sí a un joven niño inanimado?
Sería un grave error que se pudiera creer que este hombre musculoso atentase, en cualquier forma que fuese, contra la vida del niño, ya que concurrirá, muy al contrario, a devolvérsela más tarde.
 La masacre de los inocentes no se sitúa en este comienzo de la Gran Obra; el simbolismo podrá parecer cruel en nuestra época donde la sensibilidad verdadera ha cedido el lugar a la más boba sensiblería, cuando, por otra parte, no se negoció nunca tan barato con la existencia humana.
Sexta Làmina

“La plancha seis es la continuación de la quinta”, nos dice Magophon quien, en eso,tiene tanta más razón cuanto que hace la observación de que “las operaciones son siempre efectuadas por un hombre y por una mujer, simbolizando las dos naturalezas.”
Esta es también nuestra opinión que se encuentra confirmada por la particularidad,bastante sorprendente, de que la pareja, aplicada a las manipulaciones, cambia de vestimentas en cada una de ellas y parece, además, no estar siempre compuesta de los dos mismos individuos. 
Ciertamente, si se trata bien del alquimista y de su fiel compañera,el uno y la otra, en sus transformaciones, subrayan las que sufren en el curso del largo trabajo los dos protagonistas minerales.

Ante el complicado horno, que volveremos a encontrar a continuación, las tapas de los dos pares de vasos de fondo circular, continúan atrayendo nuestra atención.
Era ya su forma de pequeñas cucúrbitas sin pico, y es ahora esta especie de levitación, en la intención de suscitar toda reflexión fecunda en el aficionado. 
Así cubierta, la vasija cilíndrica asegura la circulación lenta y cerrada de la verdadera cohobación de la que Sulat nos señala la gran importancia.

Làmina siete

La operación que vemos en lo alto y a la izquierda, de la làmina siete , reúne el producto de las dos destilaciones realizadas, con el resultado de la confortación inmediatamente precedente;ésta ha sido aplicada al extracto nebuloso ya concentrado y animado por el fuego de la luna.
 La operadora ha vuelto el vaso, sin duda enfriado, encima del gran plato, que hemos visto y volveremos a ver más adelante, al mismo tiempo que su compañero vierte el segundo destilado conservado en el grueso matraz de panza redonda.
Es aquí el lugar de que digamos algunas palabras de la destilación, que los autores han presentado como una de las fases más importantes de la Gran Obra. 

En la imagen central vemos una mujer que retira de la cucúrbita con una cuchara de palo, una substancia que después coloca en un frasco de vidrio en la que se pueden ver cuatro símbolos que Canseliet designa como "símbolos de coagulación" y que después entrega a un personaje que con su mano izquierda coge y tiene en su regazo a un niño. 
El personaje, tiene estampado en el lado izquierdo de su pecho el símbolo Lunar.
Canseliet nos dice sin mucha convicción que se trata de Vulcano.
Pero no es esto lo que nos intriga como veremos seguidamente. Quien hizo ya la destilación del rocío, sabe perfectamente que después de la destilación queda en la cucúrbita un caput, del cual, por calcinación, será extraída su sal, siempre que el rocío haya sido puesto anteriormente a podrir. Imaginemos que el rocío fue recogido en sábanas. Ese caput seria un nitrato de amonio que la mujer entregó en el frasco al personaje arriba referido.
 Hay pues, ciertamente, un sentido particular, que la cábala debe permitirnos reconocer.
El término francés distiller (destilar) viene del griego y está formado por el adverbio
diz, dis, dos veces y por el sustantivo stílh, stilé, por poco que sea, una cantidad muy  pequeña.
Ya la forma en que los griegos escribían la palabra cíle, con la episemon, mostraba un valor especial y obligaba a considerarla atentamente. 
En efecto,epishmon, episemon, significaba marca distintiva, signo, loque está señalado.
El sentido oculto de destilar, de destilación, traduce la operación secreta que consiste en hacer caer muy poco agua sobre la tierra en dos tiempos consecutivos. Se trata, en suma, de imbibir, de practicar estas imbibiciones o destilaciones de las que hablan los tratados, y que hacen que la tierra, hasta entonces estéril, se impregne, se ablande, se abone, sustente su germen y se vuelva fecunda.

Làmina Octava

Esta octava plancha es a su vez completada o más bien detallada por la tercera, que debería seguirla inmediatamente. 
Ella reúne las partes principales de la alegoría perfecta del mercurio que dos ángeles presentan de forma gloriosa. 
Así la materia de la Obra es personificada por el dios mitológico que se cubre con un pétaso alado y singular,y que se encuentra erguido, teniendo a sus pies dos astros herméticos.
 Encerrado en el huevo filosofal, y bajo los rayos del astro cósmico, es llevado sobrenaturalmente en el seno del elemento exterior que le es muy especialmente familiar.
En efecto, el viento lo ha llevado en su vientre, -portavit eum ventus in ventre suo-,según el apotegma retomado a menudo por los autores que expresan, de esta suerte, el carácter volátil del medio donde el mercurio filosófico es concebido y se desarrolla.
A izquierda y derecha de la composición, repartidos en dos grupos, diez pájaros envuelo convergen sobre el huevo hialoide, de los cuales, los dos primeros llevan en sus picos, en la extremidad de una rama vegetal: uno, el signo del tártaro, el otro el del harmoníaco.
Así volveremos a encontrar la segunda sal que el espesamiento ha elevado a esta cuádruple potencia, señalada por los dos pares de asteriscos y confirmada por otra parte por la luna, en su ligazón con Saturno aguzado con hierro, tal como lo podemos volvera ver sobre la figura que precede.
 Làmina novena

 El lector serio y atento no se sorprenderá si le decimos que esta novena plancha no está más en su lugar que la cuarta, que habría de precederla inmediatamente.
 Es fácil comprender que esta parte segunda de la preparación previa a la obra, se sitúa junto a la de la recogida inicial a la que hemos asistido sobre la estampa que lleva la cifra 4. 
El precioso líquido es sometido ahora a la acción del fluido universal, en grandes platos circulares donde parece cubrir un lodo espeso y negro.

Estas dos fracciones de la fase preliminar de la Gran Obra, deben ser efectuadas siempre en la estación que designan los dos animales de sus imágenes, pese a la afirmaciónde Magophon ,a propósito de la cuarta plancha- pronunciada en el tono, un poco falaz,de una benévola franqueza.

Que el Carnero y el Toro corresponden a los dos principios, mercurio y azufre, es un hecho innegable, lo que nos conduce a los dos actores de la vía seca. 
Estos, precisamente, serán sometidos más tarde a la acción del agente cósmico que se trata, de antemano, de acumular y de retener, y sin el cual la obra del sabio no sería más que una sucesión banal de operaciones relevantes sólo a la química. 

La recogida del rocío debe ser hecha durante la Primavera, entre los meses de Marzo a Mayo, como nos indica alegóricamente tanto el carnero del lado izquierdo de la imagen como la del toro en su derecha.


. « ¡Pues bien!, sí, el cordero y el toro de la imagen, corresponden a los dos signos zodiacales, es decir, a los meses primaverales durante los cuales la operación que tiene por fin recoger la "flor del cielo", se realiza exactamente tal como se encuentra determinada en este lugar. »


Continuarà............


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